La yerba tenía en la cultura guaraní un rol social más allá del fin nutritivo. Era objeto de culto, ritual y moneda de cambio en sus trueques con otros pueblos prehispánicos. También cuentan que al finalizar la creación de diferentes dioses, se reunieron todos a tomar mate.
A fines del siglo XVI llegaron los primeros jesuitas para hacerse cargo de la evangelización de los guaraníes. Al principio ellos consideraron al mate una bebida peligrosa aunque más tarde la yerba es aceptada e incluso su uso es alentado como gran solución al problema de la embriaguez en las reducciones.
La yerba mate comienza a ser la principal fuente de ingreso de los jesuitas ya que una vez obtenido el permiso para comercializar el producto en 1645 ellos comienzan a cultivarlo a fines del siglo XVII en las cercanías de las reducciones. De esta manera tienen sus “yerbales hortenses” y pagan su tributo al Rey de España.